domingo, 5 de junio de 2011

Jean-Jacques Rousseau: La voluntad general

Frente a Hobbes, Rousseau considera que el ser humano en estado de naturaleza lleva una vida plácida y sencilla. Posee abundantes bienes y convive con los demás individuos en armonía.

La unión en sociedades es lo que promueve la propiedad privada. Los enfrentamientos entre individuos tienen lugar siempre que estos conviven en agrupaciones. En ellas la envidia y la codicia determinan las relaciones entre los individuos y surgen las relaciones despóticas de dominio.

Para acabar con esta situación, y defender tanto el bien común como la justicia, Rousseau propone el establecimiento de un acuerdo que denomina contrato social.

Una voluntad general, defiende el interés de la comunidad por encima de cualquier interés particular.

El contrato social, no implica ninguna renuncia, es decir, el individuo no posee ningún derecho previo a la institución de la sociedad. Las leyes, dictadas por la asamblea, obtienen rango de leyes naturales, es decir, aparecen como justas, universales e inalienables.

Para el pensador francés, la democracia encarna el sistema de gobierno más adecuado para conseguir los objetivos del contrato social.

Jean-Jacques Rousseau, el contrato social.




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